¡Hola Chic@s! Esta semana hemos tenido que acudir a varios eventos, y a mi parecer a cual más interesante, por lo que no sabía cual empezar a comentaros. Es más, cada vez que me sentaba a escribir un post se me venían a la cabeza miles de ideas relacionadas con la otra visita, por lo que decidí, que las publicaría en un orden cronológico. Por tanto, debo comenzar remontándome al miércoles 11 de noviembre, pues fue ese día el que nos adentramos, de una forma muy especial, en los fondos antiguos de
Pues empecemos por el principio de todo, tras subir unas cuantas plantas, me encontré con todos mis compañeros alrededor del que iba a ser nuestro guía, y pasados unos minutos de cortesía, nos situamos en la sala de investigación. Una vez aquí, nos contó que la universidad contaba con dos fondos principales, uno moderno al cual solían acceder los estudiantes, y otro antiguo, que lo componían libros con una antigüedad superior a cien años, y que eran consultados por personas que se dedicasen a buscar información sobre un campo más concreto. Tras esto, nos indicó que estábamos justo enfrente de la sede general de la biblioteca, pues la universidad a parte de ésta, cuenta con instalaciones en las distintas facultades. Y, entonces se me vino a la cabeza que había acudido a la sala de al lado en un par de ocasiones, siempre acompañada de una amiga, pues los estudiantes de la upo no somos beneficiarios del servicio de préstamo, y nunca había reparado en la ubicación de los fondos antiguos. Si es que a veces vamos a los sitios con tanta prisa que ni nos paramos a ver que se encuentra alrededor nuestro. En fin, una vez aclarado los distintos tipos de bibliotecas que posee
Una vez aquí nos comentó que la mejor forma de conocer este recinto, a parte de acudiendo justo al lugar donde nos encontrábamos, era a través de su página Web. Pues con bastante facilidad, podríamos enterarnos tanto de los servicios de los que disponen como de los proyectos que están llevando a cabo. Es más, la sala nada más que cuenta con dos puntos informáticos, por lo que no es conveniente dejar las consultas cibernáuitcas para cuando estemos allí, pues puede que los ordenadores se encuentren ocupados. Aunque la verdad, supongo que contarán con conexión wifi lo malo es que lo mismo para acceder a ella, igual que pasa en nuestra universidad, necesitamos tener una clave que nos identifique como personal del centro. Dentro de este mundo tecnológico, también nos indicó que a día de hoy solamente se encuentra digitalizado el 60% del catálogo disponible, la verdad queda mucho trabajo por hacer, pero no aún así no es una mala cifra. Además, se cuenta con la biblioteca palatina repartida entre una buena serie de microfilm, por lo que los avances, se está haciendo cada vez más patente en este lugar. Aunque, en mi opinión, las verdaderas joyas de aquí son los libros como pudimos ir comprobando a lo largo de toda la hora y media que duró la visita.
En primer lugar nos mostró un tomo, sino recuerdo mal se refirió a él como Palau, en donde encontramos una descripción no normalizada que se hace por autores. A pesar de que su contenido es muy interesante, no puede extrapolarse hasta nuestros días, pues mucha información se ha ido quedando obsoleta con los nuevos estudios. Tras éste, y antes de entrar a la sala más privadas, nos presentó
Nada más entramos nuestro guía se puso unos guantes, y además, dispuso una especie de almohada en donde iba depositando los diversos libros, pues todas las precauciones son pocas cuando se trabaja con estos ejemplares. Tras enseñarnos un carrito con bastante bibliografía, nos comentó que todo lo que íbamos a observar se encontraba editado entre los siglos XV y XVIII. Brevemente, y para hacernos impacientar antes de mostrarnos todo, nos hizo un repaso sobre la historia de la universidad. Por lo visto, en sus inicios se trataba del Colegio Santa María de Jesús, que ya en sus primeros estatutos, contemplaba la necesidad de disponer de una biblioteca. Se trataba de unas instalaciones bastante pequeña que se irá acrecentando con los años. Pero el gran flujo de libros llegó cuando, una vez separado ya el colegio de la universidad, se adhieren todos los centros jesuitas, y como bien sabemos, esta orden religiosa daba una gran importancia al estudio, por lo que su colección tenía un gran valor. Y a partir de este momento, y poco a poco, se irán configurando los depósitos actuales de los que disponemos.
Bien, pues ahora sí que es el momento de repasar todos los libros que se nos mostraron y todo lo que aprendimos de ellos. En el grupo de aquellos volúmenes pertenecientes al siglo XVIII nos encontramos con la enciclopedia de Diderot. La cual nos sirvió para aprender qué es una encuadernación a la holandesa; es decir, el lomo es en piel y la cubierta de otro material. Lo más destacable de aquí eran los grabados calcográficos tan minuciosos que se mostraban, pues recogían las técnicas para realizar los diferentes oficios, de una manera muy detallada. Pero no tenían nada que envidiar los que contiene las Anotaciones y Meditaciones de Jerónimo Nadal, pues incluso sirve de guía para los artistas a la hora de representar los motivos religiosos, que además se encuentran muy bien comentados.
Seguidamente, volvimos a hablar sobre otro tipo de encuadernación, aumentando así nuestros conocimientos sobre esta materia, la española. Esta se basa en una pasta en cuero, que en
Uno de los que más me gustó, pues su tamaño era pequeñísimo y aún así su legibilidad era sorprendente, fue la edición de poemas de Catulo, Tibulio y Propertio. Pero, no podemos dejar de lado el índice de libros prohibidos, pues cuántas veces hemos escuchado hablar de él, y por fin pudimos observar un ejemplar A través de los comentarios de Erasmo de Rotterdam aprendimos que la censura podía darse de diferentes maneras: con anotaciones que ayudasen a la interpretación de unas líneas, ocultando párrafos o arrancando directamente hojas, bueno al menos son métodos mejores que la quema de libros. Pero también pudimos ver un tipo de libro que habíamos estudiado el año pasado: los incunables. Representado a través del sueño de Polifilo, obra, en donde parece ser que participó el artista Andrea Mantegna.
También tuvimos ante nosotros obras de la talla de las Crónicas de Nuremberg, que se compone de unos 1800 grabados xilográficos, o el Theatro de
En definitiva aprendimos cosas muy interesantes, y hasta ahora desconocidas, como los tipos de encuadernación, la seguridad de esos libros, únicamente hay unas tres personas que tienen acceso libre a ellos, cómo las portadas irán evolucionando de la mano de las corrientes artísticas, o el hecho de que hace siglos se colocaban al revés en las estanterías, de ahí que el título no aparezca en el lomo. Una visita muy agradable así que ¡esperemos que haya muchas más así!
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