¿Estamos a la moda?

¡Hola Chic@s! Actualmente, todos queremos estar a la moda, consumimos ropa en grandes cantidades, es más, de una temporada a otra ya nos parece obsoleta, el reproductor de música de las Navidades pasadas ya está antiguo, los coches sacan modelos nuevos cada año, en fin, que vivimos rodeados de un mundo consumista del que, queramos o no, formamos parte. Pero, ¿nos pasa esto también con los sitios Web que visitamos diariamente?



Pues sí, incluso hay calificativos que nos diferencian entre las plataformas más actuales y las más retrógradas. Si yo os digo que la página de nuestra universidad pertenece a la Web 1.0 os quiero dejar claro que no está a la última, que la consumimos por necesidad más que por las ventajas que nos ofrece, es estática, no se moderniza, no nos deja participar en lo más mínimo, no cuenta con nuestra opinión, hay que esperar una eternidad para que aparezca una nueva aplicación (yo en los cuatro años que llevo siendo usuaria únicamente recuerdo el cambio de los portales Humanidades y de la biblioteca), en fin, que se debería tomar cartas en el asunto.



Si por el contrario califico a Tuenti como parte de la Web 2.0 me estoy refiriendo a todo lo contario, es más, a esta plataforma si que accedemos por placer, porque queremos, y es que, dejando al lado los posibles debates en torno a la privacidad, es estupenda. Últimamente encontramos cada pocos días detalles nuevos, como el Chat, nos ofrece la posibilidad de ponernos en contacto con el equipo técnico y nos resuelven nuestros problemas inmediatamente, es factible expresarnos de forma abierta, comunicarnos entre nosotros, en definitiva, consigue que millones de usuarios se conecten a ella por voluntad propia y no por necesidad.



Si nos paramos a pensar la mayoría de sitios Web a los que acudimos diariamente (WordReference, Netvibes, YouTube o Wikipedia) pertenecen a este segundo grupo de plataformas totalmente modernizadas, es decir, de lugares que tienen en cuenta al usuario en todo momento. ¿Cuántas veces hemos escuchado aquello de que el cliente siempre tiene la razón? Muchísimas, sin embargo, aún existen páginas en la red que nada valoran la opinión de sus consumidores y no se dan cuenta que están ahí gracias a ellos. Pero más que esto, más que la opinión de todos nosotros, hay dos características que me parecen fundamentales no sólo en todo lo que lleve la etiqueta 2.0 sino, también, en nuestras vidas diarias.



Vivimos en una sociedad que cada vez aboga más por la integración y la participación de todas las personas, nos da igual su raza, su religión y su nacionalidad, todos tenemos un rinconcito en este mundo, tanto en el terrenal como en el virtual, donde poder expresarnos y sentirnos cómodos. Pero, este libre pensamiento, o más bien, su libre publicación conllevan unos riesgos que muchos no están decididos a asumir. El abrir una enciclopedia al público, tanto para lectores como para editores, trae consigo la necesidad de confiar ciegamente en los cibernautas. Todos se plantean si esta decisión merece la pena pero…¡por supuesto que sí! obtendríamos más beneficios que desventajas, nos empapamos del conocimiento de miles de personas y ofrecemos nuestro saber a cambio, tan sólo, de ser críticos con la información. Esto no es algo nuevo, ni tan si quiera un hábito que deberíamos centrar únicamente en la red sino que no debemos fiarnos de nadie, debemos tener nuestra propia opinión, debemos cuestionarlo todo y, así, obtendremos los mejores resultados.




Por otro lado, nos encontramos con que el mundo avanza, si le preguntamos a nuestros abuelos nos dirán que esto ya no es lo mismo, es más, nosotros hemos visto como nuestra vida se ha inundado de GPS, Ebook, Mp5 y miles de aparatitos más que en tan sólo uno mes ya están pasados de moda. Por tanto, por qué no iba a sucederle lo mismo a las páginas Web. Forman parte del universo tecnológico, ese que en 24 horas es capaz descubrir nuevas aplicaciones novedosísimas y, por ello, necesitan mostrar cuanto antes sus avances sino quedarán obsoletos. El mundo está en un Beta continuo y la Web también debe estarlo, por tanto, es inútil esperar a las nuevas versiones, hay que actuar de inmediato, mostrar las innovaciones en el menor tiempo posible, dejar que los usuarios las prueben y, de este modo, podremos saber si necesitan mejoras o, si por el contrario, se han logrado los objetivos esperados.



En definitiva, bloggeros, que el chip debe cambiar y nosotros, los usuarios, pasar de meros consumidores a poderosos activistas…




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¡Bienvenidos a mi blog! Espero que os guste el mundo de la bilioteconomía pues la mayoría de entradas se econtrarán ralacionadas con éste.
 
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