¡Hola Chic@s! No sé si os sonará el nombre de Nabokov y ni si estáis al corriente de todo el revuelo que se está formando en torno a su persona. Pues bien, se trata de un escritor de origen ruso que abogaba por plasmar su lengua materna en sus novelas, pero que gracias a sus prontas traducciones al inglés, y al acercamiento a este idioma, fue reconocido en el mundo entero. Su principal obra es “Lolita” pero también ha dado lugar a otras publicaciones tan interesantes como “La dádiva” o “¡Mirad a los arlequines!”. Ya que habéis refrescado vuestras memorias os estaréis preguntando qué interesante polémica se ha originado. Como adelanto os diré que todo gira en torno a los derechos de un autor ya difunto.
Todo empezó cuando este gran autor falleció allá por el año 1977, momento en el que se encontraba proyectando una de sus muchas novelas. A ésta le tenía un cariño especial ya que era consciente de que muy probablemente no fuese capaz de terminarla. Decidió que su título correspondería con el nombre de su principal protagonista, Laura, y que en caso de no ser finalizada quería que los borradores ardiesen entre las llamas. Por lo visto, esta tendencia, la de quemar sus obras, era muy propia del autor pues dicen los rumores que pretendía que “Lolita” corriese la misma suerte, y que gracias a su mujer, pues ésta se la arrebató de las manos, hoy en día todos podemos perdernos entre sus páginas. El caso es que la viuda no cumplió la última voluntad de su marido y envió los originales, un puñado de tarjetas, a buen recaudo en un banco suizo. Hasta aquí todos de acuerdo, ya que no es raro que guardásemos los últimos escritos de un familiar nuestro, y más si éste era escritor, el problema se presenta cuando su hijo pretende difundir la obra.
El poeta romano Virgilio y el escritor ruso Gogol también ordenaron, en vano, que sus obras maestras, “
En un primer momento, apuesta por realizar una subasta gracias a la cual recaudará unos cuantos de dólares y dará boom a la obra de su padre. Y por qué decimos que esto será un buen sistema de publicidad ¿para qué quiere que todos conozcamos la existencia de ésta? ¿Con qué objetivo la vende? bien, al poco tiempo nos enteramos de que ha autorizado su publicación, y que más que leerla un privilegiado con dinero, vamos a poder hacerlo todos, al menos aquellos que dominen ruso o inglés, por un módico precio. ¡Uy, qué acción más alejada de la voluntad de su padre! Aquí, el dilema de toda esta cuestión y el hecho de que los periódicos dediquen sus páginas a esta noticia. Muchos son los autores que se decantan por respetar la decisión de Nabokov, quizás moralmente la opción más correcta, mientras otros abogan a que sus lectores tienen todo el derecho a conocerla. En fin, que ahora qué hacemos con los derechos de autor, ¿la novela es del escritor o ha pasado a su hijo?
Realmente, no sé muy bien como se legislan estas situaciones pero cuando su publicación está más que en curso será porque es legal, seguramente, haya pasado el tiempo reglamentario desde el fallecimiento del autor. El problema es el gran dilema que se plantea alrededor de todo este asunto, sobre todo para sus familiares, y la incertidumbre de no saber si lo realizado es lo correcto. Pero bueno, al menos han salido a la luz unas piezas de indudable valor para el patrimonio documental, y sin duda, para la historia de la literatura. A pesar de ello puede que todos los derechos del autor estén más que salvaguardados, pero sin duda, los deseos del autor no han sido protegidos por nada ni nadie.
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