Año nuevo, propósitos nuevos.


¡Hola Chic@s! Hoy es el último día del año, y como la tradición manda, todos nos sumergiremos en numerosos ritos para que el 2010 venga cargado de salud, dinero y amor. Nadie se olvidará de ponerse ropa interior roja, ni de brindar en una copa que contenga algo de oro, por supuesto nos tomares 12 uvas al ritmo de las campanadas, también podemos comenzar el año pisando un puñado de euros, subido en el sofá o con el píe derecho adelantando, en fin, que los supersticiosos tienen donde elegir. Todo esto se encontrará acompañado de abundante comida y bebida, de grandes charlas recordando los viejos tiempos, de maravillosos trajes que lucir en un carísimo cotillón, de millones de fotos que subiremos a las distintas redes sociales, y sobre todo, de propósitos que intentaremos cumplir durante los próximos 365 días. Entre ellos no faltarán aquellos que apuestan por dejar de fumar, perder unos kilitos, apuntarse por fin a esas clases de inglés o dejar de pagar el gimnasio para luego no acudir. Pero lo más probable es que nadie se haya propuesto leer, y ya no digo con más frecuencia, sino al menos un libro al año. Así que bloggeros no olvidéis incluir entre vuestras intenciones la de perderos entre fantásticas historias, y por supuesto, ¡qué tengáis una buena entrada de año!




Feliz 2010.

Peligro: ¡desinformación!

¡Hola Chic@s! Hoy me gustaría que echáramos un poquito la vista atrás y recordásemos cual es ese monstruo que nos persigue a la hora de elaborar un trabajo, sí sí, ese mismo que hace que profesor tras profesor nos amenace con el suspenso si caemos en sus garras: ¿no tendréis dudas no? estamos hablando del plagio. Pero exactamente, desde cuándo tenemos conciencia de que existe. Todos llevamos muchísimos años estudiando, si nos remontamos a nuestros años de guardería, la suma ascendería como mínimo a 18 años. ¡Qué barbaridad! Evidentemente, no desde nuestros comienzos somos conscientes de que debemos respetar los derechos de autor, es más éramos demasiado pequeños como para valorarlo, y nuestra educación se basaba en otros sectores que no incluyen las competencias informacionales. Pero cuando empezamos a cursar la Educación Secundaria Obligatoria, con unos doce añitos, ya es hora de que estos temas empiecen a cobrar importancia. ¿El problema? que dudo mucho que se haga, es más, cuando yo andaba por el colegio ese tema ni se trataba y fue al entrar en la Universidad cuando me encontré con esta “barrera” a la hora de trabajar. Entonces, no deberíamos plantearnos que quizás el problema resida más bien en la desinformación.


¿Cuál sería la solución más adecuada? Sin duda, al menos bajo mi opinión, deberíamos mostrarles a los más jóvenes que los documentos están para ser consultados pero no para ser copiados. Evidentemente, cuando realizan un trabajo no se les pide que indaguen sobre un tema desconocido ni que aporten nuevas teorías, simplemente, que sean capaces de sintetizarlo y plasmarlo con nitidez, y por supuesto, que tengan en cuenta a todas aquellas personas que dedicaron su tiempo al estudio. Muchas veces únicamente necesitamos ponernos en el papel del otro para comprender las circunstancias. Nos gustaría que nuestro ensayo, ése del que estamos tan orgullosos, saliese publicado bajo el nombre de otra personas, o más simple, querríamos que otro compañero tomase el contenido como suyo y lo entregase firmado por él. Si realizáramos una encuesta, seguramente, a la mayoría de la personas no les importaría que su obra fuese tomada como referencia para otras, es más, se sentirían orgullosas de que diferentes personas muestren interés por su trabajo. Ahora sí, todos, sin excepción alguna, queremos que nuestro trabajo sea reconocido, así que, no hagamos lo que no nos gustaría que nos hicieran. Además, la solución es tan fácil como hacer referencia (a píe de página, en la bibliografía, con un paréntesis…) al verdadero autor de esas ideas.













Pero no creo que la desinformación únicamente se encuentre enfocada al desconocimiento del plagio. Cierto es que muchos adolescentes copian literalmente de la Enciclopedia o de Internet el contenido de sus trabajos pero, también es verdad que, en el caso que conozcan los derechos de autor, no saben hasta donde llegan sus límites. Normalmente asociamos una publicación al copyright, es decir, a esa norma que nos prohíbe absolutamente todo, eso sí, exceptuando el comprar una obra y leerla, escucharla o verla. Por lo que es normal que la sociedad entienda este derecho, porque al fin y al cabo se trata de un derecho que intenta proteger a los autores, como un enemigo, es más, un adversario que únicamente pretende sacarnos los cuartos. En general, creemos que el copyright únicamente protege los bolsillos de los artistas, más que a sus propias ideas, algo que choca totalmente con la tradición mediterránea. Nosotros siempre hemos tenido muy presente la necesidad de pedir prestado el trabajo de otro y mencionar su autoría, sin embargo, son los ingleses los encargados de establecer un canon por su uso. La cultura es de todos y por tanto todos tenemos derecho a acceder a ella, y la verdad que estas medidas que establecen los autores muchas veces nos fastidian bastante y, nos hacen pensar, que más bien defienden su economía.



Cuántas veces hemos escuchado que leer es importantísimo pero es que los libros recién publicados cuestan un dineral, también se nos dice que escuchemos música aunque los discos no bajan de los 15 o 20 euros, y por supuesto, veamos cine ya que enriquece nuestros conocimientos pero las películas, y las entraditas para las proyecciones, alcanzan precios elevados. Y a todo esto tenemos que hacer frente los estudiantes, es decir, personas que dedican la mayor parte de su tiempo al estudio y que carecen de grandes aportaciones económicas. Pero es más, la bibliografía del curso es bastante abundante y todos los libros no podemos comprárnoslo, bien, están en la biblioteca, eso sí, en el mejor de los casos nos encontramos con tres ejemplares para todos los alumnos. ¿La solución? fotocopiarlos, pero tampoco podemos, puesto que creo que el límite ronda en el 20%. En fin, que yo entiendo que todos queremos que nuestro trabajo se reconozca, es más, que queramos sacar un beneficio de él, pero también debemos tener en cuenta a los usuarios, y plantearnos que si el mundo de la piratería ha alcanzado estos límites será que hay un fallo, pues no creo que nadie prefiera tener una copia de “El Quijote” entre sus manos que un puñado de fotocopias mal grapadas.



Tras esta pequeña reivindicación ya que pienso que todos tenemos la obligación de defender lo que es nuestro de la mejor forma que encontremos, eso sí, luego no nos quejemos si no nos va tan bien como quisiéramos, me gustaría hablaros de cómo todo está cambiando. Hasta ahora cuando nosotros creábamos una obra, daba igual el soporte, se encontraba sujeta a un copyright altamente protector, y por más que quisiéramos, al menos en el ámbito más general, los usuarios debían de respetar sus normas. Sin embargo, algunas personas se han venido percatando de que este sistema está quedándose desfasado y aunque su idea básica es fundamental, defender al autor, su envoltorio ya no respondía a las nuevas necesidades. El mundo está cambiando y por tanto la mentalidad de las personas también, del mismo modo que los ámbitos de difusión cultural. Es aquí donde aparecerá el copyleft y organizaciones como Creative Commons que únicamente pretenden complementar a los viejos derechos de autor. Ahora ya cada uno puede elegir entre un sin fin de licencias que complacerán las necesidades y los ideales de cada personas, y que sobre todo, ayudarán a los usuarios en sus próximas creaciones.


Éstas son las seis licencias que se pueden escoger:
by

Reconocimiento (by): Se permite cualquier explotación de la obra, incluyendo una finalidad comercial, así como la creación de obras derivadas, la distribución de las cuales también está permitida sin ninguna restricción.
by-nc

Reconocimiento - NoComercial (by-nc): Se permite la generación de obras derivadas siempre que no se haga un uso comercial. Tampoco se puede utilizar la obra original con finalidades comerciales.
by-nc-sa

Reconocimiento - NoComercial - CompartirIgual (by-nc-sa): No se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original.
by-nc-nd

Reconocimiento - NoComercial - SinObraDerivada (by-nc-nd): No se permite un uso comercial de la obra original ni la generación de obras derivadas.
by-sa

Reconocimiento - CompartirIgual (by-sa): Se permite el uso comercial de la obra y de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original.
by-nd

Reconocimiento - SinObraDerivada (by-nd): Se permite el uso comercial de la obra pero no la generación de obras derivadas.

En definitiva, cada uno debe ser reconocido por su trabajo y en ningún momento otra persona puede apropiarse de él. Pero no olvidemos nunca que lo importante es aportar nuestro granito de arena a la sociedad, y sobre todo, que en numerosas ocasiones el problema viene dado por la desinformación, así que, evitemos ésta y nos ahorraremos algún que otro quebradero de cabeza.

Los libros también acusan la crisis.

¡Hola Chic@s! Ayer fue el Sorteo Extraordinario de la Lotería y lo que es para mucho el comienzo oficial de las Navidades. Por tanto, queda inaugurada la época de pasar buenos ratos con la familia, de cenas y comidas con los viejos y actuales amigos, de sueños e ilusiones para los más pequeños, y, sobre todo, de compras y más compras. Todos tenemos ya una larga lista para que los Reyes Magos hagan lo que puedan, y si estamos un poquito americanizados, para que Papá Noel les eche una manita. Seguramente, la de los más pequeños esté plagada de muñecas y fuertes de indios y vaqueros, mientras que los más mayorcitos nos conformaremos con perfumes, ropa y algo de dinero. ¿El problema? que son pocos los que incluyen entre todas esas cosas una pequeña lista de lecturas para el próximo año. Sí, todos sabemos que tenemos que leer pero es que ¿vale la pena desperdiciar un regalo en un libro?



Y si a este factor le añadimos que corren tiempos de crisis, y por tanto, la prosperidad económica ha bajado y todos los negocios se han sentido afectados. ¡Qué les queda a los libreros! según ellos, vender grandes best-seller, la saga Crepúsculo ha aportado su granito de arena a este problema, y dejar para otros momentos los grandes clásicos y los autores menos comerciales. Por otro lado, vemos como los escritores más novatos muestran numerosas quejas debido a la imposibilidad de editar sus libros. Claro, sino sacamos beneficios de los ya publicados como vamos a invertir en nuevas promesas.




Pero ¿sabéis quienes sí saldrán beneficiados? las grandes multinacionales electrónicas, pues recordemos que los “e-book” serán el regalo estrella, y que además, muchas bibliotecas, reseñemos por ejemplo la Cervantes, han apostado por poseer estos aparatitos. El problema: las descargas ilegales, este mundo no está nada de regulado en nuestro país, y si lo hacemos como música y películas por qué no con libros. Todos sabemos que es un tema bastante delicado pues nos encontramos con los derechos de autor (en breves tendremos un post dedicado a este mundo), los verdaderos “piratas” que suben todos estos contenidos a la red y los usuarios. Y ahora ¿quiénes son los responsables? Los creadores defienden lo suyo, aunque en muchas ocasiones de una forma demasiado restrictiva, y los usuarios, únicamente se benefician de un servicio que está ahí. Entonces, si descartamos estos dos agentes nos queda uno únicamente: aquellos que distribuyen el material, pero por suerte o por desgracia, ellos nunca pagan las consecuencias (sino recordemos como Francia castiga a los usuarios).





En la mayoría de las ocasiones todo suele seguir esta norma: para los pobres más miserias (¡Ay, esos inmigrantes que se ganan la vida vendiendo!) y para los ricos más beneficios (serán los pequeños libreros los que más acusen esta crisis). Y una vez más esta paradoja se cumple, el mundo del libro cae en todos sus sectores, mientras que, la electrónica se beneficia de él. En fin, como todos los negocios, ya veremos si con el tiempo todo vuelve a la normalidad, mientras, yo ya pedí a los Reyes Magos unos cuando de libros ¡esperemos que haya suerte!


Con esta sensación de temor, la industria editorial no puede hacer otra cosa que esperar a que corran mejores tiempos para la literatura (que no sólo la lírica anda estos días con el agua al cuello), aunque no dejan de reconocer que “este año va a ser una auténtica lotería”. Pues la fuerza nos acompañe y Dios reparta libros…Y sino es Dios, que al menos lo hagan Papá Noel y los Reyes Magos.


La era de la información...

¡Hola Chic@s! Sin duda, podemos afirmar con total seguridad que vivimos en la era de la información, es decir, que nuestro día a día se encuentra saturado con miles de noticias que nos llegan a través de diversos medios. Si nos paramos a analizar los más “oficiales” encontraremos periódicos, prensa y radio, por tanto, aquellos bajo lo que están profesionales de la comunicación. Pero no es este el único ámbito que maneja todo lo que acontece en el planeta, sino que, a través de medios cibernáuticos también podemos estar perfectamente informados. Ya no es necesario que desayunemos ojeando nuestro periódico favorito, ni que en el coche vayamos escuchando algo más que música en la radio, ni tan si quiera tenemos porqué comer con el televisor encendido; tan sólo nos basta con encender nuestro ordenador y visitar aquellas redes sociales de las que somos usuarios. Que no disponemos de Twitter o Facebook, una pena la verdad, pero todo tiene solución pues ya todas las editoriales, refiriéndonos a los periodísticas, tienen vertidos sus contenidos en la red. Así que, la función que hacían estos tres medios hoy en día la acapara Internet, hasta tal punto, que muchos jóvenes prefieren que se estropee su televisor a que el perjudicado sea el ordenador.


Esto que estamos viviendo a grandes rasgos se está proyectando también en el ámbito educativo. Por tanto, podríamos decir que cada vez más los libros están pasando a un segundo plano, pues aunque sus ventajas son muchísimas (su lectura no cansa tanto la vista, son transportables o más agradable su formato) hay un inconveniente que pesa muchísimo a la hora de elegirlos como nuestro material para un trabajo. Dicha desventaja es que nos suponen un desplazamiento hasta el lugar donde se encuentra, a lo que debemos añadir, que en muchas ocasiones debemos pasar a su devolución sin haber terminado nuestra tarea. Es aquí donde aparece Internet, y es aquí, donde las bibliotecas deben tomar cartas en el asunto. ¿Y para satisfacer a sus usuarios que hacen? pues entre otras cosas contratan los servicios de bases de datos. Bien, todos sabemos que se trata de herramientas donde se alberga una gran cantidad de información pero ¿Sabemos utilizarlas? Aquí, es donde se complica la cosa, pues tenemos que armarnos de grandes cantidades de paciencia y practicar mucho.





Entonces, qué debemos hacer cuando creamos oportuno su uso. En primer lugar, nos plantearemos que materia estamos tratando puesto que existen algunas específicas, intentando de este modo aunar todo el conocimiento posible sobre esa disciplina, y otras multidisciplinares. Entre las bases de datos humanísticas no dejéis de consultar Arts and Humanities Citation Index, y entre las multidisciplinares la de CSIC, puesto que es una referencia para la investigación española. Una vez elegida la base de datos adecuada debemos empezar a redefinir nuestra búsqueda. Es decir, únicamente es necesario seguir esos pasos que ya comentábamos en otro post y que tanto nos ayudan a la hora de localizar información, y por supuesto ponernos manos a la obra. La búsqueda es algo realmente complejo pero que las bases de datos han logrado facilitársela a sus usuarios, por tanto, si somos principiantes comencemos con una sencilla para pasar a la avanzada y finalmente, cuando seamos todos unos experto, a la que se basa en comandos (sería la hora de jugar con las comillas, los paréntesis y todos los operadores que ya conocemos).



Tras estas distintas búsquedas nos aparecerán muchísimos resultados que nos parecerán más que interesantes, por tanto, y con el objetivo de no perder esa información, debemos ir marcándolos y remitiéndolos a nuestro correo, o bien a otras bases de datos, este sería el caso de RefWorks. ¡Pero, ojo! Tengamos siempre presente que no todos los documentos se encuentran en versión completa sino que muchas plataformas, Dialnet por ejemplo, cuenta sobre todo con referencias. Así que no nos hagamos ilusiones tan pronto y bien, si únicamente nos interesa el documento al completo, seleccionemos esta opción o sino miremos en el catálogo de nuestra universidad. Y ante todo no olvidéis vuestra clave para acceder, sino lo hacéis desde el campus, pues la mayoría de estos recursos son privados y restringen el acceso únicamente al servidor que les ha pagado.


Echémosle paciencia y veremos como este complicado mundo se nos abre y como ese agobio por falta de información va desapareciendo. Yo, tras las clases y la visita a la Universidad de Sevilla, me he animado y ya estoy empezando a recavar información para mi próximo trabajo. ¡Espero que hagáis lo mismo!



3,2,1...¡Feliz día de la lectura!

¡Hola Chic@s! ¿Sabéis qué día es este miércoles? y no me respondáis que 16 de diciembre, pues esto es evidente, lo que quiero saber es qué conmemoramos en esta fecha. Si echamos la vista atrás, y recordamos nuestras clases de literatura del instituto, caeremos en la cuenta que hace ya unos cuantos de años, exactamente nos remontamos a 1926, se reunieron en Sevilla los escritores Rafael Alberti, José Bergamín, Juan Chaba, Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Gerardo Diego y Jorge Guillén para clausurar el homenaje al poeta Luis de Góngora. Pero si nos aproximamos más, y en aquellas clases estuvimos muy atentos, nos daremos cuenta que un 16 de diciembre nació Rafael Alberti, uno de los poetas andaluces más célebre. Entonces, con este panorama, qué podríamos celebrar; o más bien, qué intentamos fomentar. ¡Pues la lectura! Y por ello nuestra comunidad, debemos aclarar que es el día de la lectura en Andalucía, va a intentar, a través de diversas actividades, que todos nos acerquemos un poquito más a este hábito tan saludable.




¿Qué actividades nos encontramos en el programa? Lo principal y lo que más ha llamado la atención, debido a su carácter innovador, son las descargas gratuitas, del libro que elijamos, a través de móviles. El único requisito es que nuestro terminal sea compatible con el servidor y, evidentemente, que poseamos conexión a Internet. Tan sólo con esto podremos elegir entre una lista de publicaciones y leernos el deseado a través de nuestra pantallita. Únicamente estarán disponibles unas tres mil descargas, pocas pero algo es algo, y para evitar la acumulación por parte de algunas personas, se limitarán a una por número de teléfono. Así que bloggeros animaros pues es una buena forma de al menos, si no estáis muy de acuerdo con estas nuevas tecnologías, acercaros a aquel libro que hace tiempo os llamaba la atención, o quien sabe, descubrir nuevas lecturas. La verdad, me ha parecido una iniciativa muy interesante porque al fin y al cabo de lo que se trata es de leer, y si queremos fomentar esta actividad, tendremos que adaptarnos a los nuevos tiempos. Y ya no sólo por los más jóvenes si no que muchas personas de edad avanzada también desean experimentar con los nuevos formatos, no podéis ni imaginar cuántas han salido hoy en el telediario diciendo que para estas Navidades pidieron un E-book.


Dejando de un lado estas nuevas medidas y volviendo a las costumbres más tradicionales, entre estas actividades conmemorativas, nos encontramos con la edición del libro ¡Las letras ganan!, donde diversos niños han intentado dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría en un mundo donde no hubiese letras? En fin, a saber que han dicho estos muchachitos, pero esperemos que ese mundo nunca exista. Además, se conocerá al galardonado con el Premio Andaluz de Traducción 2009; y en el Museo Picasso de Málaga, un escritor tan conocido como Fernando Iwasaki realizará una lectura muy interesante, y si no tenemos posibilidad de asistir al evento, se retransmitirá en directo por televisión, supongo que en Canal Sur. Por último, a través del Boletín de la Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía, se dará homenaje a unos cuantos escritores (Juan Campo Reina, Francisco Ayala, José Antonio Muños Rojas y Castilla del Pino) que han fallecido durante este año. Hasta aquí las actividades oficiales, aunque muchas bibliotecas también tienen pensado participar en este día tan especial, pero ¿qué haremos nosotros? de momento, yo creo que empezaré ese libro que había abandonado por las tareas estudiantiles…


DÍA DE LA LECTURA EN ANDALUCÍA.

Alocución ciudadana.

LEER, sí, para que el alma de los libros siempre esté despierta a la búsqueda de un lector con el que compartir la magia la magia de la lectura y la aventura de las palabras.

LEER, no cabe duda, para que nuestros hijos lean y poder compartir su satisfacción cuando descodifiquen sus primeras letras o descubran los cuentos y sus encantamientos, porque si nos hacemos cómplices de estos hallazgos, crearemos lazos afectivos insospechados.

LEER, claro, para aprender a escuchar la voz de los libros, el corazón de los hombres o mujeres que los escribieron. Sus ideas, sus palabras, sus motivaciones, sus penas o contentos y entender que lo hicieron sin importarles los límites, los horizontes vetados o las críticas.

LEER, evidentemente, para cultivar la capacidad de comprender las múltiples facetas evolutivas de la sociedad, sabedoras de la lectura es la primera puerta que atravesamos hacia la libertad, el conocimiento, la diversidad, el éxito, la educación, hacia las ganas de vivir.

LEER, por supuesto, y descubrir que los libros tienen recursos inagotables para hacernos crecer en armonía con nuestro yo y el mundo que nos rodea convirtiéndonos así en parte activa de su evolución y de su historia.

LEER, cierto, para que la vida de los libros y sus protagonistas nos hagan pensar y viajar hasta esos lugares a los que la imaginación nos lleve. Es extraordinario comprobar que una sola palabra reproduce imágenes diferentes en cada mente. He aquí una de las claves más fascinantes de la lectura.

LEER, indudablemente, para aceptar el reto de los libros. Ellos nos ponen en la tesitura de enfrentarnos con nuestra existencia, al vivir paralelamente la de los personajes o escenarios que los habitan. Solucionado sus interrogantes arrojamos un haz de luz a los nuestros, al reír sus alegrías, cantamos las propias, al atravesar un río de papel lo convertimos en algo real, transparente y tangible.

LEER, porque un texto escrito, cincelado, tallado en una piedra, dibujado en un papiro o pasado a un disquete, conforma la memoria, la cultura y la esencia del colectivo humano.

LEER, sencillamente, para alejarnos de la rutina, de la pasividad, porque este hecho es la pizca de rebeldía que nos hará salir del inmovilismo y nos conducirá, sin apenas darnos cuenta, al placer de la lectura. Coger el libro que nos apetezca y leerlo, saborearlo, disfrutarlo, vivirlo, imaginarlo. Esta emoción, deslizándose ante nuestros ojos, transitando nuestro ingenio, nos creará sensación de plenitud.

LEER, por el deseo de LEER.

16 diciembre 2006.





¡Bienvenidos a mi blog! Espero que os guste el mundo de la bilioteconomía pues la mayoría de entradas se econtrarán ralacionadas con éste.
 
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